Salud

Una fobia oculta: el miedo de ir al baño

La incapacidad de orinar y defecar en presencia de otras personas o en lugares públicos se llama paruresis. Los primeros indicios pueden notarse en la infancia.

Ante la idea de tener que ir a un baño ajeno, se evita salir o se fuerza al cuerpo a soportar horas de retención.

A la vez de que se incrementan las molestias físicas, aparecen pensamientos del tipo: “Me da vergüenza ir a un baño que no es el mío. Me da asco mancharme y no poder limpiarme bien. Tengo miedo de que los demás me vean”.

Los lugares en donde es frecuente que esto ocurra son: baños públicos, en la casa de amigos o parientes, cuando hay invitados en la casa propia, cuando alguien está esperando que salgamos del baño.

La licenciada en Psicología Marina Rovner, especialista en trastorno de pánico, fobias, crisis de ansiedad y fibromialgia, aseguró que “nadie debería sentirse avergonzado de este problema, es común y puede ser superado”.

Rovner destacó que “este miedo es un tipo de fobia que casi siempre está relacionado con la vergüenza social y que rara vez ocurre en situaciones donde otras personas no están presentes”.

“La incapacidad de orinar y defecar en presencia de otras personas o en lugares públicos se llama paruresis “síndrome de vejiga tímida” y “parcopresis “síndrome del intestino tímido” respectivamente. Los primeros indicios pueden notarse en la infancia durante la escolarización cuando los niños no utilizan los baños de los colegios”, señaló la psicóloga.

La especialista advirtió que si los síntomas continúan en la vida adulta “corresponde a un trastorno de ansiedad de connotaciones sociales también llamada fobia social: las personas se sienten criticadas y juzgadas por los demás”.

“Esto puede ser por la frecuencia de ir al baño, ruidos u olores relacionados, lo que genera un elevado nivel de ansiedad”, añadió.

Se ha estudiado que la Paruresis estaría afectando a cuatro millones de personas en el Reino Unido (British Psycological Society, 2006) y al 7% de la población en Estados Unidos de los cuales el 58% han reportado sus primeras experiencias de ansiedad, timidez y vergüenza prominentes durante época de la escolaridad.

La fobia al baño está relacionada con los ataques de pánico por síntomas físicos y el pensamiento de “¿Cómo puedo escapar de esto si necesito un baño?”. En este contexto, el miedo y la vergüenza pueden ser perjudiciales para su salud y sus medios de subsistencia ya que en muchos casos la persona se abstiene de comer o consumir líquidos para evitar tener que usar el baño cuando está lejos de su casa, incluso deben dejar de trabajar.

Consecuencias de la paruresis y parcopesis:

. Bajo rendimiento escolar.

. Deserción universitaria.

. Ausentismo al trabajo.

. Evitación de contacto con compañeros.

. Rechazo a salidas sociales.

“En todos los casos es importante no automedicarse y realizar un tratamiento psicológico”, remarcó la experta.

Para reducir la fobia al baño se recomienda seguir los siguientes tips:

. No pautar horarios rígidos para ir al baño.

. Compartir sin vergüenza los temas relativos a las molestias abdominales.

. Elegir baños con puertas enteras del techo al piso (no vaivén).

. Transportar un rollito de papel higiénico y algún elemento que permita pensar temporariamente en otra cosa, como puede ser el celular, la tablet con música o lecturas de no más de cinco minutos.

. Reflexionar acerca del asco que puedan provocar el pis y la caca en uno mismo y en los demás integrantes de la casa.

. Disminuir el nivel de control en uno mismo y en los demás.

. Habilitar actividades de ensuciarse (pintar con las manos, modelar arcilla).

. Promover la tolerancia al error y a lo inesperado.

. Rever las pautas extremas de limpieza.

. Incorporar acciones creativas a la rutina diaria.

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